1.- Demasiada seguridad informática disminuye la productividad
Existe una creencia de que una mayor ciberseguridad dificulta incluso el acceso de los empleados a lo que necesitan. En ese aspecto, se cree que las políticas de seguridad estrictas dificultan la productividad en el trabajo. Sin embargo, eliminar la seguridad puede tener consecuencias nefastas. Un ataque exitoso, como un ataque de ransomware o de DDoS puede paralizar su negocio días e incluso a veces semanas.
2.- Los ataques son causados por amenazas externas
Las amenazas internas van en aumento y pueden incluir empleados, proveedores, contratistas, socios comerciales.
Un ciberataque puede empezar de forma involuntaria por alguien conocido.
3.- Los ciberdelincuentes solo atacan a grandes empresas
En un informe reciente se desveló que los piratas informáticos atacan a las pequeñas empresas casi la mitad del tiempo. Un dato importante es que únicamente el 14% de estas empresas estaban preparadas para defenderse.
Generalmente a los ciberdelincuentes les merece más la pena atacar a pequeñas y medianas empresas porque tienen menos seguridad, por lo que podrían colarles un ransomware de manera más fácil y luego pedir el rescate de los archivos.
4.- Con un antivirus y antimalware es suficiente
El software antivirus y antimalware es un buen punto de partida de cara a los equipos finales. No obstante, sólo protege un punto de entrada.
Por lo tanto, se necesita una solución de seguridad integral, como un firewall de aplicaciones web, un sistema de detección y prevención de intrusiones entrenado para detectar cualquier posible ataque. Gracias a éste se pueden monitorizar las amenazas de manera continua y brindar una protección de extremo a extremo en todo momento.
5.- La ciberseguridad es demasiado cara
Los ciberataques cuestan millones a las empresas y a pesar de eso las empresas se preguntan todavía si las inversiones en ciberseguridad merecen la pena. La seguridad de los datos a menudo se pasa por alto el coste de una violación de datos, que generalmente ronda los millones de euros. A esto hay que añadirle el daño de las pérdidas de reputación y de las pérdidas de clientes,
Qué hacer para minimizar el riesgo y las consecuencias de un ataque informático:
- Revisar las políticas de seguridad periódicamente.
- Realizar auditorías de seguridad.
- Monitorizar sus activos críticos continuamente.
- Invertir en las nuevas medidas en materia de seguridad.
- Mantenerse informado sobre las mejores prácticas de seguridad.
Desde LISOT os ayudamos a establecer estas buenas prácticas de seguridad informática para su empresa.