A todos nos preocupa (o debería hacerlo) la seguridad de nuestros datos. Sin embargo, en demasiadas ocasiones lo único que se interpone entre un delincuente y nuestros datos es una contraseña no especialmente segura.
El problema es que, con la elevada cantidad de servicios a los que nos conectamos actualmente, el número de contraseñas se multiplica. Es por eso que muchos usuarios optan por crear contraseñas débiles y además las repiten en múltiples servicios. Esto ayuda a que los usuarios no las olviden, pero también facilita mucho el trabajo a los atacantes. La alternativa es crear unas contraseñas (passwords) únicas para cada uno de estos servicios que sean difíciles de adivinar. Pero eso es algo que pocas veces se cumple.
Muchos usuarios optan por crear contraseñas débiles y además las repiten en múltiples servicios.
A las contraseñas se pueden añadir capas adicionales de seguridad para así evitar el acceso no autorizado a nuestros datos privados. Uno de los complementos más populares es el doble factor de autenticación ya que añade una capa adicional de seguridad a algo que conocemos (las contraseñas) uniéndolas a algo que poseemos (nuestro móvil o cualquier otro dispositivo donde podamos recibir un código de un solo uso).
Una alternativa a las contraseñas que ese está popularizando, especialmente en dispositivos móviles como los smartphones, es la autenticación biométrica. El uso de lectores de huellas dactilares, sensores de reconocimiento facial e incluso pulseras capaces de reconocer los latidos del corazón del usuario legítimo son alternativas que ya se están utilizando y que plantean sus propias ventajas e inconvenientes.
TRUCOS PARA CREAR CONTRASEÑAS SEGURAS:
- CREA CONTRASEÑAS A PARTIR DE UNA FRASE
Piensa en una frase que tenga algún significado para ti y, a ser posible, para nadie más. Que no sea ni muy corta, para que sea difícil de adivinar, ni muy larga, para que la puedas recordar fácilmente. Si tienen mayúsculas y números, mejor. Si hay algún símbolo, magnífico. “En el bar de Juan ponen tapas grandes a 3 euros”, por ejemplo. Ahora coge las primera letra de cada palabra y te sale “ElbdJptga3€”, que es una buena contraseña. ¿A ti no se te ocurre nada? Tranquilo, el título de tu canción favorita puede ser un punto de partida.
- COMBINA DOS PALABRAS PARA CREAR TU CONTRASEÑA
Elige dos palabras (de nuevo, mejor si significan algo solo para ti) y construye otra alternando sus letras. Si has seleccionado “Bigotes” y “Mechero”, la base de tu nueva contraseña será “BMiegcohteerso”. No tiene números ni símbolos, así que tendrás que utilizarla como punto de partida para reforzarla con alguno de los otros métodos que vamos a explicarte.
- CONVIERTE LAS VOCALES EN NÚMEROS
Es un truco bastante popular que los ciberdelincuentes ya conocen y sortean, pero que puede funcionar muy bien para complementar alguno de los otros sistemas. Retomando el ejemplo del punto anterior, nuestra clave provisional “BMiegcohteerso” se convierte en otra un poco más segura: “BM13gc0ht33rs0”. Añadiendo uno o varios símbolos podría utilizarse.
- UNA PALABRA Y UN NÚMERO MEZCLADOS (PERO NO AGITADOS)
Es fácil, pero elige palabras y números que tengan los mismos caracteres para hacerlo todavía más sencillo. Nosotros vamos a usar “Bigote” y 28921 (el código postal). El truco está en ir colocando las letras una a una, intercalando las cifras del número pero a la inversa. Así: “B1i2g9o8t2e”. Ya sabes lo que falta, ¿no? Un símbolo y asunto zanjado.
- CAMÚFLATE CON EL ENTORNO
Usar la misma contraseña en varios servicios o herramientas es una terrible idea, pero un sencillo truco puede hacer que tu clave se vuelva todoterreno sin tener que recordar varios términos. Por ejemplo, si quieres registrarte en Facebook, ¿qué puedes hacer? Incluye las siglas “FB” al principio o al final de la clave (regular); añade una variación del nombre de la web con mayúsculas, símbolos y números (bastante mejor) o tira de imaginación y mete alguna referencia más sutil (perfecto).