Una vulnerabilidad de 2018 afecta a todos los usuarios de Windows 10 que no pueden (o quieren) actualizar
No están siendo buenas semanas para Microsoft. Tras el gran golpe recibido por el fallo de CrowdStrike, la compañía otro gran frente abierto a sus ojos: el gran riesgo de seguridad que supone a los usuarios estar en Windows 10. En la actualidad Microsoft está empeñada en conseguir que los usuarios se cambien a Windows 11 por motivos de seguridad.
Windows 11 sigue sin calar entre los usuarios de Microsoft
El problema de seguridad es una realidad. El propio gobierno de Estados Unidos ha informado a través de un informe de una vulnerabilidad que permite «la escalada de privilegios y la ejecución remota de código». Esta vulnerabilidad de 2018 no afecta a los usuarios de Windows 11, pero si existe un gran riesgo para usuarios de Windows 10.
Esta vulnerabilidad se ha estudiado en profundidad y se ha determinado que la vulnerabilidad de ejecución remota de código se puede cargar directamente sobre la memoria para tener privilegios locales. Para resolver esta vulnerabilidad se recomienda ir actualizando a las últimas versiones disponibles.
Esto hace que todos los usuarios que se quedan en Windows 10 cuenten con un importante riesgo para su seguridad. Esto justo ha coincidido con el reciente informe publicado por Neowin en el que se informa que Windows 11 alcanzó un hito importante: Windows 11 ha conseguido una cuota de mercado del 30%. Si bien, este es un crecimiento realmente bajo de un 7% interanual.
El 70% de los usuarios sigue sin estar en la última versión del sistema operativo. Es cierto que durante estos meses siguientes se espera una migración importante por el fin del soporte a Windows 10. Pero la realidad es que muchas empresas van a optar por pagar para extender el soporte y otras muchas personas no ejecutarán Windows 11.